domingo, 2 de junio de 2013

Nocturnidades.

Estaba entre las tres de la tarde
y las cuatro de la noche
pensando en la madrugada de antier
en la madrugada que no pude dormir.
Estaba acostado mirando el techo
ese que conozco como mis manos
que frotan el cuerpo del cielo
jueves tras jueves en un espera infinita.

Estaba temblando, temblando de gozo
como una tortura que se termina
como una rosa que florece
como los zompopos que salen en mayo
solo para vivir una vez.

Eran entre las tres de la tarde
y las cuatro de la noche
pensando en el dia que me dormi
y me senti muerto por dentro
y me senti muerto por dentro.
Eran esas horas cuando decidi no dormir
y sentirme exahusto pero vivo.

Estaba serio, impavido y gris
como una tortura que sigue y sigue
como una cigarra que canta sin pareja
como la noche sin estrellas
el mar en silencio.

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